domingo, 28 de diciembre de 2014

inmortales

Aún en el silencio
Y sueñas y convences
hasta aguantar el fuego
que arda y queme
hasta lo más profundo que no tengo
y llegue a mis cenizas,
hechas desecho después del humo
y después del viento
que arrastró tiempo, 
caricias, verdades y mentiras
feroz,
                                        y valiente.

Aun respirando 
debajo del agua,
encuentro oxígeno,
aire para revivir
y para explotar,
no cuento las veces,
cuento los sueños
que se repiten
y enlazas con madrugadas.


Son torres de pie,
de acero,
en días de tormenta,
que siguen ahí
le pese a quien le pese;
no se vencen,
inmortales
son
                     inmortales.

Revivió la expresión
para volver a morir,
en una orilla sin mar
y en un cauce sin río.
Revuelo de nuevo,
sobre tus edificios
que caen y levantan
continuamente.

A gritos y reventando,
ha aparecido tronando
como ventisca,
                             
a muerte.

La expresión que se llama encontrarte,
la he vuelto a buscar,
debajo de una espiral de tiempo,
que ha llamado a mi puerta 
hoy, de madrugada.

No me gusta comenzar a hablar por el principio
así que he vuelto al final
y he reparado en que las historias, no siempre se encuentran con un desenlace,
 y muchas veces continúan sin que nadie lo sepa  y relucen como si todos lo vieran.
Incluso mucho más,
aún en el silencio

miércoles, 17 de diciembre de 2014

inesperadamente buenos

Te he pedido poesía con las manos,
que la narres y que estalle.
Con los pies
y con los codos.
Te he pedido que me lluevas con las manos
que me inundes y que grite.
Con los pies
y con los codos.
Te he pedido que me esculpas con las manos
que me arranques, y que crezca.
Con los pies 
y con los codos.
Te he pedido que susurres con las manos
que la oiga y me derrita.
Con los pies 
y con los codos.
Te he pedido que te asomes por las noches
Que te vea y salgan pájaros.
Con los pies
y con los codos.
Te he pedido que me arañes las cosquillas con las manos
que me actualices el hormigueo y que arañe.
Con los pies
 y con los codos.


Te he pedido hasta dormirte con las manos
que amanezca y que no crea.
Con los pies 
y con los codos.
Te he pedido una explosión entre tus piernas
que se llene de sinsabores y no sea
Con los pies
y con los codos
Te he pedido restaurarte con las manos
que de nuevo me inundes y grite.
Con los pies 
Y con los codos.
Te he pedido que asustes al recuerdo con las manos
que lo ahogues como a un monstruo y que ría.
Con los pies
y con los codos.
Te he pedido hacer destrozos con las manos
que no quede ni uno y que no duela
Con los pies 
y con los codos.

Y te he pedido con los codos 
que no me crezcas los pies 
que me duelen las manos
de escribirte 
                         porsiacasos


sábado, 13 de diciembre de 2014

Casi tanto como tú, casi tanto como nosotros


He acabado muerto,

de tanto respirar

en este mar de nubes

que irrumpe,

a aguantar.
Para ver como cae la noche
y levanta la luna.


Se me han acabado los adjetivos que me describían y me he chocado con un muro de papel;
que no he podido esquivar, con motivos y sueño, me quiero volver a levantar en frente de tu raíz de cristal que reflejan tus paredes haciéndose invisible a los destrozos, y haciéndose visible a la apariencia.

No es por lo que quiero,
es por lo que debo,
ya deje de llegar
para volver por sus fieros
y ajetreados despertares,
la ilusión de mis errores
llenos de defectos,
con la elegante pasión
de acercarme a la alegría
que asoma por la ventana,
una mañana de invierno,
con forma de desorden y 
con forma de caos.
Como cuando crees
que todo lo que no ves
está detrás de la puerta que encierra tu pasillo,
justo,
en tu habitación.


Te llevo
como los domingos
como la primavera
como los inviernos
como los fríos
como las noches
o como los veranos
atado a mí

Me gustas
como el café
como el bizcocho
como el chocolate
como el atardecer
como la pasión

o como la luna.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Todo a la vez

Escúlpeme,
en las cenizas de tu cuarto
que el viento se ha llevado.

Estalla, 
como el tiempo,
salta, como el agua
crece, como nunca,
como volar sin alas
o como siempre.

no congeles el júbilo

Es viernes, noche
es sábado, tarde
y es domingo, mañana
todo a la vez.

Estoy sordo,
de aparecer,
de despertar.
Destrúyete,
como el tiempo, otra vez.
Con los dedos,
hielo.

disparaste, no lo pienses, me has matado

Sábado de madrugada,
domingo de tarde,
o un viernes que ya no existe,

todo a la vez.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Ni lo quieras, ni lo tengas

No tengas miedo,
de verdad,
no merece la pena
perderse todo lo que hay
paseando por tu espalda
y dibujarla con las yemas
de los dedos,
por tener miedos
por no tener ganas
de verdad,
no tengas miedo,
ten ganas
es mejor
yo también me acuerdo de ti
yo también vuelvo a pisar charcos
yo también me empapo la cara cuando salpicas

Y cuando hablo del miedo hablo de un recuerdo a algo que se me asemeja, o eso me creo, o por lo menos me aproximo a lo que es. Es volver a pisarme la cara un lunes, es volver a casa un viernes, sin pasar por allí. Es esperar a que anochezca para dejar de verte, es salir corriendo de mi habitación. Que por mucho que llueva, dentro se está mejor que fuera, que por mucho que llore, dentro se está mejor que fuera. Dan las cinco de la mañana en el reloj de mi habitación que sigue sonando un tic-tac tan intenso como el día en que me deshice de él, me retumban los oídos, no me deja dormir, despierto, te leo, te escribo, te callo, y te acuerdo, o quizás mejor dicho debería decir, me leo, me escribo, me callo y me acuerdo, si solo era eso. De verdad, y de esto estoy muy seguro, no tengan miedo, que por mucho que él crea que puede con vosotros, nunca será capaz, que es muy valiente, pero que le ganas, seguro que le ganas, te lo aseguro yo, que ya no lo tengo, me lo olvide una noche en el parque y no quise volver a recogerlo. De nuevo, y como con un recuerdo que no sabría definir con palabras pero si con historias, dan las seis de la mañana y se comienza a abrir paso el sol, otro día mas, no sé cómo lo hará pero levanta a la luna cada día y lo que es mejor, cada noche. Con más fuerza y no se cansa nunca. Parece increíble. Pero ojala seamos sol, y ojala te levantes cada mañana como si fueses luna. Como el lápiz empuja rápido la hoja a las seis de la mañana de un jueves que huele a domingo, y de un frió que huele a diciembre, abrigado, pero sin ti. Espero yo también levantarme luego como lo hace el sol, o esta noche como lo hace la luna, de verdad, con la misma fuerza.

ya veras, 

y digo, ya veras
porque algún día que asomes a la ventana
quizá en diciembre
 en noviembre
 en enero
o quizá en febrero
ya no haya agua
cayendo por el cristal,
ahora, habrá nieve
y no podrás salir
y no la podrás pisar
y no podrás saltar
ahora búscatelas,
apáñatelas,
ahora, tendrás que quitártela de en medio
deshacerla
o saltar con ella,
como te hiciste de mi,
saltando
como la nieve
en un día de invierno soleado
igual, desecho,
y echo aguas por todos lados.
No tengas miedo.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Mi reflejo de tu luna

vuelve a oler a otoño,
Noviembre,
llueve, como siempre, como en casa,
fría noche de lluvia, 
asoma la luna,
ya era hora, te echábamos de menos.

Me dejaron de salir dulces los bizcochos 
desde que no me bajo en tu portal,
pero ahora me hago grande siendo pequeño
me crezco con cada amanecer
y exploto con cada anochecer,
cada vez que me encuentro con la luna
no me acuerdo de ti,
me acuerdo de ella,
le confieso a la luna que ella es lo mas grande que hay,
ahora nos quedamos ella y yo,
recordando mis mejores momentos 
que he vivido en la orilla de tu playa
ahora la luna me entiende
ahora la luna me comprende
ahora la luna me salva
me ayuda
me evita
me logra
me quita
me aprecia
me corrompe
y me alegra
sobre todo eso, me alegra, me salva,
me salva,
de tus malos momentos
para cambiarlos por mis buenos
me rompe, 
los esquemas para dármelos de nuevo
te encuentra
en cada esquina,
para levantarme de nuevo,
solo eso, solo eso.
me ayuda, me salva, me comprende,
me quiere vestir de nuevo,
me mira,
como no me miraban,
como a tu juguete nuevo
y te mira, como no te miraban,
como a tus zapatos viejos.

lunes, 13 de octubre de 2014

No me cabes más dentro de mi habitación.

Ojalá algún día puedas cerrar la puerta de un portazo y no darme en las narices, porque desde hace un tiempo siempre me llevo un golpe cada vez que me cierras en la cara.

Y es por eso que siempre dejo entre abierta la puerta de mi habitación, para que se asome la luz de la luna en las noches frías como esta, y sin embargo siempre entra el atardecer, calido como la mañana de verano que después de pasarnos toda la noche follando me levantaba para hacerte el desayuno y comerte después. Como si la luna supiese de que va eso, como si me estuviese viendo. Que coño va a saber de eso si no tiene ni puta idea.


Y que mas da, si eso no es lo que importa, si lo que importa soy yo y mis circunstancias de alrededor mías en una noche oscura y vacía con la cantidad de calma suficiente como para encontrarme en el pasillo y saber quien soy y que hago allí.




''no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
                                       no te salves
                                                                             no te llenes de calma.''



No llueve, pero suena como si lo hiciese, no truena, pero suena como si lo hiciese, no hace sol, pero suena como si lo hiciese. Quita la cortina de la ventana y asómate a ella. Ya no llueve, ni hace sol, pero salgo a la calle y me vuelvo a mojar, y me empapo con la lluvia que dejo de caer hace rato, solo me puedo cubrir debajo de los arboles, en la sombra que reflejan del sol que ya no sale y de la lluvia que no cae. No se que hacer, ni donde me voy a meter. Necesito cubrirme, despejarme.


De verdad, no te salves, no lo hagas, no tienes porque, déjame salvarme a mi, solo por esta vez, ya no te lo pediré mas, sálvame, sálvame tu que puedes, yo ya me ahogue en mi propio vaso de agua, ya deje de intentar salir de las cuatro paredes que hacían mi habitación, ya deje de intentarlo, ya no lo hice mas, ya me acostumbre, ya me quede a vivir dentro, a pesar de las goteras de mi habitación y los destrozos de la ventana, la 227 seguirá siendo mi habitación.

domingo, 28 de septiembre de 2014

El tiempo como arena entre las manos

Séptimo espejo roto. Una vez mas, otra mas diría yo, que me veo delante del espejo, y casualidad o no, te sigo viendo detrás, creo que me vas a tener que explicar como lo haces o como lo hago, debería saberlo, pero prefiero seguir viviendo sin conocerlo, porque creo que a mi me vale asi. A ti supongo que no, que prefieres romper el espejo y salir corriendo, que por otro lado me parece lo mejor, Así que ya lo sabes, cuando quieras o te apetezca puedes avisarme que vas a salir del espejo, para apartarme o aunque sea cubrirme de los cristales y poder recoger luego los destrozos.

Casualidad o no, existe un parecido mas que evidente entre el paso que hay entre tu y el espejo y el que hay entre el amor al odio, a simple vista parece un paso tan grande y tan difícil de hacer. Pero es mentira, es un paso corto, rápido y directo, y ademas, fácil de tropezar con el, asi que tened cuidado, porque no es plato de buen gusto que me rompas el espejo en mi cara y menos si es para clavarme los cristales que saltan uno a uno en el pecho, aprovechando que me cubro la cara para evitar que me cortes, pero oye, tu sigue a tus cosas, quien voy a ser yo para decirte nada, no te preocupes, en absoluto, la dije. Y ella a lo suyo como si yo no existiese en aquella habitación, o como si yo hubiera desaparecido tan de repente como cuando pasa el autobús que tenias que haber cogido hace tiempo, que encima ibas dentro, y que a su paso y con el charco de al lado te empapa. Así, con esa cara me quede, y todavía estoy quitándome cristales, y que pena, porque las heridas no cierran, y tienen pinta de que les va a costar cicatrizar, asi mas o menos, como cuando te fuiste.



            
No creo mas allá de lo que no pueda ver
No imagino mas lejos de lo que me llegues 
Y tampoco me gusta despreciar un amanecer

Amanece
cerca de la playa
o de ti
y del espejo
que nunca va a dejar de recordarme
que tu nombre
se parece tanto
a en la playa imaginar un atardecer


Ahora imaginemos que estamos dentro de un cuento, tu eres el gigante y yo el enano, ojala el enano gane al gigante, es lo que se supone que debería pasar, lo mas común. Pues esta vez no, ni eso ni nada parecido, en este cuento el gigante aplasta de un pisotón al enano y se acaba el cuento. Pobre enano pueden pensar, pero a saber que habrá echo ese hijo de puta para merecerse el pisotón del gigante. pobre gigante, pobre gigante. Pero el gigante siempre deja de ser gigante y no porque quiera sino porque los enanos siempre crecen, puede que no lleguen a ser tanto como el gigante pero seguro que si lo intentan pueden hacerle frente.


Y eso que cuantas veces has preguntado por si el puto espejo, que por que coño se iba a romper, pues al final se cayo, y se rompió, ya no queda mas espejo, solo cristales rotos esperando que algún día pueda alguien juntarlos y hacer de los cuatro cristales rotos que quedan, un parecido del espejo que fue.


Eso si, espero que cuando arreglen el espejo, ya me encargare yo de hacer para que no vuelva a romperse, eso seguro.


sábado, 20 de septiembre de 2014

No te van a ganar nunca

Entre echarte de menos y escribirte, al final me quede con lo segundo, por eso de que dicen que siempre queda más bonito para colgarlo en la pared, ya que lo primero no me entra ni en la habitación.

Pero a mí siempre me siguió gustando mas lo primero pero claro, yo nunca deje de escribirte, pero no porque no haya dejado de verte, ni porque quisiera dejar de acompañarte a casa cuando volvías de madrugada, es que esta vez ya no me iban a dejar, es que me colocaron delante de una pared y en lugar de hacerme una puerta, lo único que hicieron fue cerrarmela en la cara, y así, sin poder hacer nada.


Pero siempre se puede escalar la pared que me has puesto en la cara, y no es que pueda sino que es lo único que me queda para salvarme digan lo que digan.

 El frío del invierno no es nada comparable al que podáis sentir en verano


sábado, 23 de agosto de 2014

Las sonrisas que me enseñas me las guardo, para los lunes de mierda

No imaginas lo que me ha costado dejar de coger el tren que me dejaba en tu portal.
Y eso que siempre me ha gustado quedarme a esperar en el portal, aun sabiendo que nunca ibas a bajar.
Y además no sé si sabes que el que te llamaba a casa para verte asomada en tu ventana era yo. Ah, y además que me encantaba. Pero deje de hacerlo, deje de esconderme en el arbusto para verte llegar de madrugada a casa.

Me esfume de allí. Cruce al otro lado del puente para verte llegar pero de lejos. Y lo peor, cada vez te veía más y más lejos. Hasta que una noche volviendo a casa te cruzaste conmigo, y aunque hiciste como que no te dabas cuenta. Yo claro que te vi, 
y oye, seguías tan guapa como siempre.
Que ganas tenia de arrancar el papel que había puesto en el espejo de tu cuarto, ese, ese que no dejaba verme.

Y fíjate, que justo detrás estaba yo.
Casi irreconocible pero si, era lo que quedaba de mí. 

Me fui de allí, corres salvajemente buscando algo. Como cuando buscas refugio en una tormenta de agua, pues algo parecido para poder refugiarme. Baje, aun sin saber que podía encontrarme, un par de conocidos, algo habitual, y justo al final del pasillo, el otro trozo de lo que podía quedar de mí.

 Que suerte tuve porque me echaba mucho de menos.

Me sales fuego por la boca

Me acaba de pegar un puñetazo en la tripa, y en el suelo, me ha pisado la cabeza. Encima de la mesa hay un vaso de whisky, con un Jack Daniel’s a la mitad, pues me lo ha estallado también, y con el alcohol me escuecen el doble las heridas y los cortes. Tirado en el suelo después de verte marchar, no me queda nada más que decir, y mucho peor, nada más que hacer.

Pero eso sí;

Aun no me he dado cuenta de que te habías ido

cuando después de un suspiro
un largo suspiro
te vi volver a aparecer,

menos mal pensé
y que hijo de puta aquel que nos quiso separar
pues que sepa que no lo consiguió
y que sepa y que aprenda también
que lo mejor de todo es
que volvemos a ser más fuertes
porque como dijo uno allá una vez

prefiero la guerra contigo al invierno sin tí.

Agua (o arena) en el desierto

No me esperes, 
porque no voy a llegar nunca.
La dije mientras esperaba a ver como se terminaba de ir
No me aguantes mas,

me dijo,
No te quiero aguantar,

lo que quiero es no esperarte, 
la dije.
Puedes irte, 
me invito a abandonarla.
Pero a mi no me gusta abandonarla, 

yo prefería hacer como que no la esperaba nunca.
No la abandone, la invite a quedarse… 

…a quedarse con las ganas que tanto nos teníamos.

La dije que se las podía quedar,

 que yo ya no las iba a usar.
Ahora prefería morderla bien fuerte 
para que se acordase de como eran esas ganas.

El mundo de debajo de mi cama

Siete son las veces que te cuento cada día
Siete, o muchas más.
Y dentro de esos siete
Estas
,
Que eres el siete más bonito de esta puta ciudad
Eres el siete que todos quieren tener
Y que yo lo tengo conmigo
Que te hace caminar más despacio
Pero a la vez
Más rápido, en un mundo
Donde paro, y te encuentro
Lleno de sietes, donde hay uno
Solamente uno,
Que eres tú, y eres siete, y nosotros,
Nosotros, que te voy a decir,
Nosotros también. 


Y esta vez, nosotros.

Para,
Fíjate, mírala
Una vez,
Otra más
Una y otra vez,
Y ahora que la viste bien;
Dime quien es
Que hace
Que ves
Que la ves,
Es ella.




Fíjate,
Fíjate bien como es
Es lo que llevas tanto tiempo esperando;
La mañana de verano en un día de primavera
El invierno en noviembre con sus hojas de otoño
Y esta aquí,
Fíjate,
Contigo, conmigo.