sábado, 23 de agosto de 2014

Las sonrisas que me enseñas me las guardo, para los lunes de mierda

No imaginas lo que me ha costado dejar de coger el tren que me dejaba en tu portal.
Y eso que siempre me ha gustado quedarme a esperar en el portal, aun sabiendo que nunca ibas a bajar.
Y además no sé si sabes que el que te llamaba a casa para verte asomada en tu ventana era yo. Ah, y además que me encantaba. Pero deje de hacerlo, deje de esconderme en el arbusto para verte llegar de madrugada a casa.

Me esfume de allí. Cruce al otro lado del puente para verte llegar pero de lejos. Y lo peor, cada vez te veía más y más lejos. Hasta que una noche volviendo a casa te cruzaste conmigo, y aunque hiciste como que no te dabas cuenta. Yo claro que te vi, 
y oye, seguías tan guapa como siempre.
Que ganas tenia de arrancar el papel que había puesto en el espejo de tu cuarto, ese, ese que no dejaba verme.

Y fíjate, que justo detrás estaba yo.
Casi irreconocible pero si, era lo que quedaba de mí. 

Me fui de allí, corres salvajemente buscando algo. Como cuando buscas refugio en una tormenta de agua, pues algo parecido para poder refugiarme. Baje, aun sin saber que podía encontrarme, un par de conocidos, algo habitual, y justo al final del pasillo, el otro trozo de lo que podía quedar de mí.

 Que suerte tuve porque me echaba mucho de menos.

Me sales fuego por la boca

Me acaba de pegar un puñetazo en la tripa, y en el suelo, me ha pisado la cabeza. Encima de la mesa hay un vaso de whisky, con un Jack Daniel’s a la mitad, pues me lo ha estallado también, y con el alcohol me escuecen el doble las heridas y los cortes. Tirado en el suelo después de verte marchar, no me queda nada más que decir, y mucho peor, nada más que hacer.

Pero eso sí;

Aun no me he dado cuenta de que te habías ido

cuando después de un suspiro
un largo suspiro
te vi volver a aparecer,

menos mal pensé
y que hijo de puta aquel que nos quiso separar
pues que sepa que no lo consiguió
y que sepa y que aprenda también
que lo mejor de todo es
que volvemos a ser más fuertes
porque como dijo uno allá una vez

prefiero la guerra contigo al invierno sin tí.

Agua (o arena) en el desierto

No me esperes, 
porque no voy a llegar nunca.
La dije mientras esperaba a ver como se terminaba de ir
No me aguantes mas,

me dijo,
No te quiero aguantar,

lo que quiero es no esperarte, 
la dije.
Puedes irte, 
me invito a abandonarla.
Pero a mi no me gusta abandonarla, 

yo prefería hacer como que no la esperaba nunca.
No la abandone, la invite a quedarse… 

…a quedarse con las ganas que tanto nos teníamos.

La dije que se las podía quedar,

 que yo ya no las iba a usar.
Ahora prefería morderla bien fuerte 
para que se acordase de como eran esas ganas.

El mundo de debajo de mi cama

Siete son las veces que te cuento cada día
Siete, o muchas más.
Y dentro de esos siete
Estas
,
Que eres el siete más bonito de esta puta ciudad
Eres el siete que todos quieren tener
Y que yo lo tengo conmigo
Que te hace caminar más despacio
Pero a la vez
Más rápido, en un mundo
Donde paro, y te encuentro
Lleno de sietes, donde hay uno
Solamente uno,
Que eres tú, y eres siete, y nosotros,
Nosotros, que te voy a decir,
Nosotros también. 


Y esta vez, nosotros.

Para,
Fíjate, mírala
Una vez,
Otra más
Una y otra vez,
Y ahora que la viste bien;
Dime quien es
Que hace
Que ves
Que la ves,
Es ella.




Fíjate,
Fíjate bien como es
Es lo que llevas tanto tiempo esperando;
La mañana de verano en un día de primavera
El invierno en noviembre con sus hojas de otoño
Y esta aquí,
Fíjate,
Contigo, conmigo.