miércoles, 12 de noviembre de 2014

Ni lo quieras, ni lo tengas

No tengas miedo,
de verdad,
no merece la pena
perderse todo lo que hay
paseando por tu espalda
y dibujarla con las yemas
de los dedos,
por tener miedos
por no tener ganas
de verdad,
no tengas miedo,
ten ganas
es mejor
yo también me acuerdo de ti
yo también vuelvo a pisar charcos
yo también me empapo la cara cuando salpicas

Y cuando hablo del miedo hablo de un recuerdo a algo que se me asemeja, o eso me creo, o por lo menos me aproximo a lo que es. Es volver a pisarme la cara un lunes, es volver a casa un viernes, sin pasar por allí. Es esperar a que anochezca para dejar de verte, es salir corriendo de mi habitación. Que por mucho que llueva, dentro se está mejor que fuera, que por mucho que llore, dentro se está mejor que fuera. Dan las cinco de la mañana en el reloj de mi habitación que sigue sonando un tic-tac tan intenso como el día en que me deshice de él, me retumban los oídos, no me deja dormir, despierto, te leo, te escribo, te callo, y te acuerdo, o quizás mejor dicho debería decir, me leo, me escribo, me callo y me acuerdo, si solo era eso. De verdad, y de esto estoy muy seguro, no tengan miedo, que por mucho que él crea que puede con vosotros, nunca será capaz, que es muy valiente, pero que le ganas, seguro que le ganas, te lo aseguro yo, que ya no lo tengo, me lo olvide una noche en el parque y no quise volver a recogerlo. De nuevo, y como con un recuerdo que no sabría definir con palabras pero si con historias, dan las seis de la mañana y se comienza a abrir paso el sol, otro día mas, no sé cómo lo hará pero levanta a la luna cada día y lo que es mejor, cada noche. Con más fuerza y no se cansa nunca. Parece increíble. Pero ojala seamos sol, y ojala te levantes cada mañana como si fueses luna. Como el lápiz empuja rápido la hoja a las seis de la mañana de un jueves que huele a domingo, y de un frió que huele a diciembre, abrigado, pero sin ti. Espero yo también levantarme luego como lo hace el sol, o esta noche como lo hace la luna, de verdad, con la misma fuerza.

ya veras, 

y digo, ya veras
porque algún día que asomes a la ventana
quizá en diciembre
 en noviembre
 en enero
o quizá en febrero
ya no haya agua
cayendo por el cristal,
ahora, habrá nieve
y no podrás salir
y no la podrás pisar
y no podrás saltar
ahora búscatelas,
apáñatelas,
ahora, tendrás que quitártela de en medio
deshacerla
o saltar con ella,
como te hiciste de mi,
saltando
como la nieve
en un día de invierno soleado
igual, desecho,
y echo aguas por todos lados.
No tengas miedo.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Mi reflejo de tu luna

vuelve a oler a otoño,
Noviembre,
llueve, como siempre, como en casa,
fría noche de lluvia, 
asoma la luna,
ya era hora, te echábamos de menos.

Me dejaron de salir dulces los bizcochos 
desde que no me bajo en tu portal,
pero ahora me hago grande siendo pequeño
me crezco con cada amanecer
y exploto con cada anochecer,
cada vez que me encuentro con la luna
no me acuerdo de ti,
me acuerdo de ella,
le confieso a la luna que ella es lo mas grande que hay,
ahora nos quedamos ella y yo,
recordando mis mejores momentos 
que he vivido en la orilla de tu playa
ahora la luna me entiende
ahora la luna me comprende
ahora la luna me salva
me ayuda
me evita
me logra
me quita
me aprecia
me corrompe
y me alegra
sobre todo eso, me alegra, me salva,
me salva,
de tus malos momentos
para cambiarlos por mis buenos
me rompe, 
los esquemas para dármelos de nuevo
te encuentra
en cada esquina,
para levantarme de nuevo,
solo eso, solo eso.
me ayuda, me salva, me comprende,
me quiere vestir de nuevo,
me mira,
como no me miraban,
como a tu juguete nuevo
y te mira, como no te miraban,
como a tus zapatos viejos.