sábado, 13 de diciembre de 2014

Casi tanto como tú, casi tanto como nosotros


He acabado muerto,

de tanto respirar

en este mar de nubes

que irrumpe,

a aguantar.
Para ver como cae la noche
y levanta la luna.


Se me han acabado los adjetivos que me describían y me he chocado con un muro de papel;
que no he podido esquivar, con motivos y sueño, me quiero volver a levantar en frente de tu raíz de cristal que reflejan tus paredes haciéndose invisible a los destrozos, y haciéndose visible a la apariencia.

No es por lo que quiero,
es por lo que debo,
ya deje de llegar
para volver por sus fieros
y ajetreados despertares,
la ilusión de mis errores
llenos de defectos,
con la elegante pasión
de acercarme a la alegría
que asoma por la ventana,
una mañana de invierno,
con forma de desorden y 
con forma de caos.
Como cuando crees
que todo lo que no ves
está detrás de la puerta que encierra tu pasillo,
justo,
en tu habitación.


Te llevo
como los domingos
como la primavera
como los inviernos
como los fríos
como las noches
o como los veranos
atado a mí

Me gustas
como el café
como el bizcocho
como el chocolate
como el atardecer
como la pasión

o como la luna.

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