martes, 28 de abril de 2015

mi vida, de espaldas

desde que te conozco,
Madrid ha dejado de tener prisa,
las luces de todos los semáforos han cambiado
y se puede cruzar en rojo
en cualquier parte de tu cuerpo,

y desde entonces, 
la gente ya no respeta la ciudad,
ni la ciudad a la gente.
ya no se deja de lado a las normas, 
ni se puede cruzar de noche cuando te da la gana
cuando mira la luna, y tu
y todo te sonríe.

no nos conocemos de hace tiempo,
y ya ni nos miramos,
como nadie.
te abrazo cada día,
como si nadie nos viera,
como si fuésemos capaces de vernos por fuera todos los días,
por detrás de los ojos,
y por dentro del corazón

me veo muriendo de espaldas,
dando la cara en vida,
y aparentando no estar muerto
sin saber reconocerme

aún me queda un revólver en la memoria


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